A menudo los encuentros que se celebran en pequeñas poblaciones, como el de Tendilla, no tienen nada que envidiar a los de las grandes ciudades. A pesar de que en Tendilla no tienen profesora de encaje, existe una Asociación de Mujeres bastante activa, muy amante de las manualidades, la artesanía y los trabajos en peligro de extinción. Y eso se nota a la hora de organizar eventos de este tipo. Las encajeras y los puestos de venta estuvieron muy bien situados bajo los portales de su calle principal, resguardados del aire fresco que hoy corría. La música de fondo era suave y agradable, no hubo mítines políticos (muy de agradecer), repartieron un café con leche calentito con pastas... y el ambiente general era de familiaridad, tranquilidad y relajo.
Aparte de las 150 encajeras trabajando en sus mundillos, pudimos ver una exposición de trabajos cuidadosamente seleccionados. Las labores de encaje de bolillos, realizadas en un amplio abanico de técnicas, estaban muy bien trabajadas. Las labores de malla, de vainicas, de ganchillo de horquilla, también demostraron que en Tendilla se trabaja con mucho esmero y minuciosidad. 
En cuanto a los puestos de venta, hubo pocos, pero selectos. Dos puestos de venta de hilos variados, bolillos decorados, artilugios novedosos para separar los hilos, todo tipo de enganches para hacer joyas de encaje... El puesto de Elena Díaz, con sus patrones originales e hilos para realizarlos. Y Vuelta y Cruz, nuestra revista de encaje de bolillos, que también quisimos estar presentes en este encuentro que está empezando a adquirir fama de acogedor.
Gracias a las organizadoras y todas las colaboradoras de este encuentro por permitirnos pasar un día tan agradable con vosotras.
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